Después de entrar en mi mundo, y dejar volar mis pensamientos poseída por la naturaleza, me vi obligada a volver a la realidad. No pude oler nada que no fuera hecho por el hombre, y casi no podía recordar el sonido de los grillos y el cantar de los pájaros. Una mala perspectiva, el punto de vista equivocado. Los edificios no son de color verde. Las computadoras no pueden abrazar.
Esto me recuerda aquellos tiempos de evolución, esto me recuerda los peores momentos de guerra vividos y ésta, ésta SOY YO retornando a mi muerte todos los días. La vida es triste, y ya nos acostumbramos a vivirla en blanco y negro.
La idea que me tiene obsesionada hace bastante tiempo, desde que vi muros de 2 metros de alto conteniendo un parque. ¿No debería ser la proporción contraria? Y aunque siga sin saber por qué me importa tanto, lo cierto es que Mil máquinas jamás podrán hacer una flor.
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